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Terremoto de Limón






Terremoto de Limón cambió a Costa Rica a la fuerza
Por: Juan Fernando Lara.   25 abril, 2016


Figura 1. Efectos del terremoto de Limón, Costa Rica.
Fuente: imágenes de google.

En la memoria colectiva costarricense, pocos terremotos quedaron tan marcados como el del 22 de abril de 1991 cuando Limón cayó de rodillas. El sismo, de 7,6 grados, dejó 48 muertos y 554 heridos. Derribó todo puente de Limón a Sixaola y destruyó 1.856 casas. La sacudida horrorizó al país, reveló flaquezas de su código sísmico y la imprevisión de entonces para atender la crisis. Sin duda, la tragedia rebasó a las autoridades. Sin protocolos ni procesos claros, cada entidad hizo esfuerzos individuales por hallar vida entre los escombros y ayudar a un Limón herido. (Lara, 2016).




Figura 2. Localización del epicentro del Terremoto de Limón del 22 de abril de 1991.

Fuente: ITCR (2014) y Denyer et al., 1994b citada por Quesada,  2016.
 El terremoto de Limón de 1991 es un interesante ejemplo para entender las implicaciones de un sismo en la dinámica y evolución del relieve en un país tropical. Los procesos cosísmicos más representativos producto del evento fueron el levantamiento de la línea de costa, la licuefacción, los procesos de ladera (deslizamientos), las inundaciones posteriores, el aporte de sedimentos y modificación de la carga de los ríos.( Quesada,  2016).

El efecto tectónico más evidente y espectacular fue el levantamiento cosísmico de unos 100 km de la línea de la costa Caribe. La magnitud de dicho ascenso de la plataforma calcárea osciló entre 0.3 y 1.85 m, el cual ocurrió en bloques separados por fallas transcurrentes de rumbo NE, hubo también levantamiento tierra adentro, con magnitudes superiores a los 3 metros (Denyer et al., 1994a, Denyer et al., 1994 b citado por Quesada,  2016).

Análisis de la cultura de prevención sobre la noticia 

Con respecto a la cultura de prevención de desastres, el Terremoto de Limón selló un antes y un después en la gestión del riesgo en Costa Rica, de modo que, la primera lección fue el papel clave de la comunidad atendiendo víctimas. Esto trajo cambios jurídicos para crear los comités municipales de atención de emergencias. (CNE, citado por Lara, 2016).
 Esta tragedia exigió a mejorar el manejo de la información para respuesta inmediata y la coordinación entre instituciones, con la incorporación de la sociedad civil, empresa privada y ayuda internacional, de ordenada y organizadamente. Con el tiempo, el manejo de desastres naturales se volvió un proceso de muchas disciplinas y disparó la divulgación, en todo el país, de políticas y pautas para funcionar en caso de emergencia. El temblor que causó daños valorados en ¢1.800 millones arrojó también nueva luz sobre la realidad sísmica nacional.

Resulta que el cantón carece a los elementos básicos de gestión del riesgo en caso de terremotos, donde es necesario tomar unas medidas como realizar una evaluación de la calidad de las edificaciones, para tomar medidas para esforzarlos, y realizar los edificios tomando en consideración la resistencia ante un sismo de magnitud alta como lo que paso en Limón, y muy importante evaluar unos sitios seguros para usarlos cuando ocurre un sismo fuerte.
Así, la gente necesita conocer si en la localidad donde viven o en el lugar donde trabajan existe algún comité de emergencia, sino desarrollar planes de contingencia que indiquen cómo actuar durante un sismo.
Esta nota fue tomada del siguiente enlace:
https://www.nacion.com/el-pais/infraestructura/terremoto-de-limon-cambio-a-costa-rica-a-la-fuerza/EFDRBJY35BFI7LSPRYZO7F23W4/story/

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